El emblema del escudo de Villalpando: historia de una identidad recuperada
Manuel Muriel Rivas 29.11.2016 | 13:43
El Griego, el Latín, la Cultura Clásica y por extensión las Humanidades no son de utilidad para la formación de nuestros alumnos. En efecto, nuestra sociedad actual, postmoderna, capitalista y altamente pragmática no requiere de nuestros graduandos en secundaria y bachillerato tales conocimientos, inútiles en su quehacer cotidiano y para sus propios currículos en vistas a su inminente inmersión en el mercado laboral. Todo esto por no hablar del derroche que suponen para el erario la impartición de tales materias, un coste que no nos podemos permitir ante la hodierna situación de quiebra de nuestras arcas públicas.
De hecho, un alumno me preguntaba el otro día en el aula por qué tenía que estudiar Cultura Clásica, para qué le servía conocer ese "rollo de los mitos" y la historia de Grecia y Roma, ante lo cual yo, con cara de "?? ???? ??? ????? ????" (solo sé que no sé nada), me encogí de hombros y, seguido por ese repentino furor socrático, no se me ocurrió otra cosa que echar mano de aquel escudo de la muy noble villa de Villalpando, que desde el mismo día en que me otorgaron la interinidad me había traído de cabeza.
-¿Qué pone en el escudo de tu pueblo, Pepito?
-Unas palabras raras, profesor: RANTIA GLORIA EXTOLLE
-Eso es latín, Pepito, ¿y sabes qué significa?
Pepito, efectivamente, no supo decirme la traducción del emblema que porta el escudo de su pueblo? ¡Como para saberla! Y es que la leyenda del escudo presenta varias cuestiones insalvables que hacen imposible su traducción. Pues la forma verbal en imperativo "extolle" debería llevar su complemento en acusativo "rantiam gloriam", pero además, la dificultad más complicada de solventar es la palabra "rantia", la cual ni siquiera existe en latín (ni clásico, ni vulgar).
Ante esta disyuntiva solo cabía plantear otra solución mutatis mutandis, y así fue cómo, días antes de mi estreno como profesor de secundaria y de mi encuentro con Pepito, di con la solución al enigma: "¡??????!" (¡Eureka!) las palabras están mal dispuestas en el escudo, el emblema debería ser "GLORIA EX TOLLERANTIA" (la gloria a partir de la tolerancia).
Una rápida búsqueda en la red me confirmó que aquel era el lema de la casa de los Zúñiga, o losManso Zúñiga para ser más exactos, y días después los retratos en el salón de actos consistorial de doña Inés de Zúñiga y don Manuel Alonso de Zúñiga, ilustres naturales de Villalpando, parecían dar validez a mi hipótesis. Aquella, mi primera visita al ayuntamiento, confirmó in situ no solo el nexo de unión entre la casa de los Zúñiga y la villa, sino también que los villalpandinos desconocían por completo el significado original del emblema que aparece en su escudo.
A decir verdad, esto ya empecé a sospecharlo cuando recién llegado, en una de mis primeras charlas con Diego, el bibliotecario, advertí por su expresión que aquello de "la gloria desde la tolerancia" le "sonaba más a chino" que a latín. Él fue quien motu proprio me presentó a Félix, el alcalde, y luego al padre de la villa, don Tomás y así, gracias a esto del escudo, fui conociendo a todas las personas del pueblo (que por desgracia en todas partes son minoría) con inquietudes, con interés por conocer, por descubrir nuestro pasado para de esta forma poder llegar a entender mejor nuestro presente.
La última de estas personas ha sido Fernando Cartón, otra rara avis, procurador de profesión y verdadero amante de la Historia, además de escritor, que me mostró la "Historia de la villa de Villalpando" de Luis Calvo Lozano, un libro pionero en la historiografía de la comarca, ya que fue escrito circa los años treinta del pasado siglo, si bien no fue publicado hasta 1981. Una y otra fecha (la de composición y la de su posterior publicación) son las que de momento barajamos como términospost quem para datar el comienzo del enredo, pues presumimos que este libro bien puede haber sido el origen y principal causante de la confusión a posteriori del emblema original. Esto es más que probable porque el lema RANTIA GLORIA EXTOLLE, así, tal cual, erróneamente dispuesto, viene recogido de puño y letra de su autor, sin indicación alguna sobre su fuente, y es que parece ser que este escritor, sacerdote de profesión y ferviente apasionado de la historia, no fue siempre del todo ortodoxo en su modus operandi.
Con todo, para ser justos con este pionero, y porque errare humanum est, en palabras del propio Fernando "el trabajo de recopilación y de estudio de Calvo Lozano, máxime con los medios de que dispuso, fue ingente" y, en efecto, su labor en la actualidad es justa y unánimemente reconocida entre todos sus convecinos.
A propósito de los villalpandinos, no me gustaría cerrar este artículo sin antes agradecerles toda la amabilidad y hospitalidad de la que han hecho gala con un servidor, un forastero que llega desde tierras lejanas, demostrando que la "tollerantia" les pertenece no solo de iure en su escudo, sino también de facto, como seña de identidad propia. Una identidad que ahora recuperan para su escudo y que Pepito descubrió aquel mismo día en que su libro de Cultura Clásica además le confirmaría que hace 4.000 años ya celebraban san Roque en la isla de Creta. Ironías de la vida, otra nueva revelación, como aquella délfica de Sócrates, única razón y guía durante toda su vida, y respuesta para Pepito aquella mañana: "????? ???????" (conócete a ti mismo).